La Justicia de Tucumán ordenó la prisión preventiva por tres meses para Daniela Fernanda Ávila, la madre de Kiara Jazmín Caro, la niña de siete años que murió ahogada en el río Lules. La mujer fue imputada por abandono de persona seguido de muerte, agravado por el vínculo y trasladada por el momento a un centro psiquiátrico tras sufrir un ataque de “ansiedad severo”.
Durante la audiencia, el fiscal Pedro Gallo expuso la gravedad del hecho y destacó que la víctima fue dejada sola en medio del cauce del río, agonizando, mientras la imputada regresaba a los corsos.
Según la investigación, la madrugada del 2 de marzo, Ávila y su hija se encontraban en los corsos del barrio Ex Ingenio de Lules. Luego de una discusión con su pareja, la mujer decidió ir a su casa en el barrio Ampliación 25 de Mayo. Para ello, tomó un sendero de tierra que conducía al sector conocido como “Puente Negro” e intentó cruzar el río Lules, que se encontraba crecido.
La Fiscalía sostiene que Ávila dejó a Kiara en medio del cauce sin brindarle ayuda ni pedir auxilio, a pesar de la vulnerabilidad de la niña en esas circunstancias.
Horas después, la imputada se presentó en la comisaría para denunciar la desaparición de su hija, alegando no recordar lo sucedido. Sin embargo, la investigación reveló contradicciones en su testimonio y que demoró en pedir auxilio, lo que obstaculizó la búsqueda.
El fiscal Gallo detalló que “el hecho ocurrió alrededor de las 2 de la madrugada, pero recién a las 5 se presentó en la comisaría, brindando información errónea que dirigió la búsqueda a un sitio equivocado”.
Alicia Chazarreta, madre de Ávila, declaró que su hija le contó a las 3:30 que había intentado cruzar el río y había perdido a la niña. No obstante, al presentar la denuncia, Ávila afirmó que la menor se había caído desde el puente de la ruta 301, versión que resultó ser falsa.
“No solo era una declaración errónea, sino que además era físicamente imposible que el cuerpo haya sido arrastrado desde ese punto hasta donde finalmente fue hallado”, indicó Gallo.
El informe preliminar de la autopsia determinó que la causa de muerte de Kiara fue asfixia por inmersión. Además, presentaba golpes en la región supraciliar y en las áreas temporales y parietales del lado izquierdo.
Sin embargo, el auxiliar Lucas Maggio, quien expuso las evidencias recolectadas, confirmó que las lesiones no fueron la causa del fallecimiento y que posiblemente fueron provocadas por el arrastre del cuerpo en el cauce del río.
Durante la audiencia, testigos confirmaron que Ávila regresó sola al corso luego de intentar cruzar el río. “No supo explicar dónde estaba su hija y se la veía alterada”, relató uno de los testigos.
Otro testimonio señaló que la mujer llegó a la comisaría en estado de confusión y que no estaba en condiciones de declarar debido a un posible estado de ebriedad, según consta en el acta de intervención policial.
El abogado defensor, Guillermo González, argumentó que su clienta estaba en un estado de angustia y que no recordaba lo sucedido debido a los excesos de esa noche. También solicitó asistencia psiquiátrica urgente para la imputada y pidió su traslado a un hospital psiquiátrico en lugar de un penal.
Ante el riesgo de fuga y posible entorpecimiento de la investigación, el juez Bernardo L’ Erario Babot dictó la prisión preventiva por tres meses. La medida busca garantizar el correcto desarrollo de la causa y evitar posibles interferencias en la recolección de pruebas. La mujer fue trasladada a un hospital psiquiátrico debido a un cuadro de ansiedad severa. Una vez que un psiquiatra la revise, acerque un diagnóstico y ordene un tratamiento, la mujer quedará detenida en un penal.
La investigación continúa a cargo del Ministerio Público Fiscal, que busca esclarecer completamente lo sucedido. El fiscal Gallo anticipó que, de ser hallada culpable, Ávila podría enfrentar una pena de entre seis años y ocho meses hasta 20 años de prisión.
El jefe de Policía de Tucumán, Joaquín Girvau, calificó el hecho como “un descuido fatal de una persona ebria con una menor de edad” y destacó que la fuerza actuó con rapidez para detener a los involucrados.
“No tenía signos de violencia, pero la irresponsabilidad de la madre agravó la situación”, afirmó Girvau. También informó que Ávila no estaba sola esa noche, sino acompañada por amigos y familiares en similares condiciones, quienes fueron trasladados a la comisaría para ser interrogados.
El caso de Kiara Jazmín Caro sigue generando conmoción en la comunidad, mientras la Justicia avanza con la investigación y se esperan nuevas medidas en el proceso judicial.